Esta noche la lluvia me endosa recuerdos que están latentes donde quiera que esté. Se endilgan en mí y no quiero tenerlos. Son desagradables e impertinentes, juegan en mí y conmigo, revolotean en mi cabeza y creen en encontrar un rincón polvoreado por el tiempo; un rincón que no quería que se revelara... Es una caja con todo lo que yo una vez amé, mas lo sé, lo oculté y superficialmente decía odiar lo que en el fondo amaba... caraceterísticas de lo soso y lo arrogante, el orgullo del verdadero perdedor, la postura hipócrita por odiar lo que es de otro y también de uno, el egoísmo de querer tenerse sólo, ¡y es que en verdad uno busca lo contrario!
¡Oh, Dios! qué pedestre vida he forjado, y aunque pueda cambiar, mi dilema es la misma identidad que me hizo lo que todos creen que soy, contra lo que yo quiero ser para todos y - que sé - nadie querrá...
Mi vida no es la mala, sino lo que oculto; lo que oculto no es el problema, sino lo que creen ver los demás; los que creen ver los demás no es mi culpa... mi culpa es querer creer que podía querer creyendo ser lo que sé creo no ser: Mi vida.
¡Maldición! he concluído que no me amas por lo que soy, sino por lo que tú crees que soy... por mi altivez pierdo el verdadero sentimiento de lo que es, pierdo el verdaderamente intangible amor que un ser humano siente, y pues lo único que encuentro es más lodo con que ornamentar nuestros deseos y el hecho de ser el único que no puede ver a través de ellos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario